miércoles, 11 de enero de 2012

Decrecimiento y ciencia lenta.

Antes de leer y traducir este breve artículo  no tenía  conocimiento de que existiera algo como Slow Sciences,  sabía cosas sobre Slow Food y también sobre Slow Cities. Son conceptos próximos  al decrecimiento y me dieron ganas de saber más para escribir algo para el blog.

En el mes de junio de 2011 una investigadora Belga, Barbara Van Dyck, fue  despedida por la universidad de Louvin por haber apoyado una acción organizada por el movimiento FIELD LIBERATION MOVEMENT, con el fin de neutralizar un campo de patatas transgénicas en Watteren (Belgica).
  Este ataque  a la libertad de expresión chocó con una parte del mundo académico que reaccionó, el 26 de septiembre, cuando se iniciaba el año académico. Una gran  parte de los investigadores dieron la espalda al cortejo de entrada para protestar  contra  el despido y contra los lazos, cada vez más estrechos, entre la investigación universitaria y los intereses privados.
Esta acción fue  la  ocasión de lanzar comités “slow sciense” (ciencia lenta) en Bélgica, en oposición a las fast sciense (ciencias rápidas)  que son superficiales y utilitarias, orientadas hacia el corto plazo e impulsadas por la competitividad y el interés privado.
La ciencia lenta se define como “Una resistencia crítica y no violenta contra la cultura dominante en el mundo académico” para una ciencia que esté al servicio de la justicia social y ecológica.
Traducción breve de la revista (“Silence”).



¿Qué es la ciencia lenta?
 En su artículo: slow science –ladexcellence, Olivier P. Gosselin, nos ofrece algunas pistas;
La noción de ciencia lenta apareció hace  veinte años  bajo el impulso de Eugene Garfield, el padre de la  Bibliometria.

 Químicos y físicos americanos y australianos son los primeros en interesarse en este concepto   antes de que haga su  aparición en Europa en el campo de las ciencias humanas.
Los conceptos de  ciencia lenta aparecen en varios lugares de manera independiente y son como síntomas de un malestar nacido de la toma de conciencia de los problemas que se extienden en el mundo de las ciencias. Para resumir hay cada vez más publicaciones científicas, pero sus cualidades son cada vez menores y sus aplicaciones tienen que ser rentables a corto plazo.
 Para Garfield la lentitud y la constancia son preferibles a la velocidad y a la versatilidad. El peligro proviene de las políticas de financiación y de la presión mediática que se ejerce sobre los investigadores.
En un correo dirigido a Natura, Lisa Alleva (bioquímica) critica el comportamiento de sus colegas, particularmente los jóvenes inmersos en una carrera sin frenos para conseguir financiación, una dirección de laboratorio o un puesto. Este comportamiento los lleva a apartarse  de los fundamentos mismos de la investigación. « Apartándome de las ambiciones de mis semejantes he descubierto un secreto: la ciencia, la ciencia lenta puede ser  el entretenimiento más enriquecedor y agradable que se pueda tener. “
El caso del doctor Matthew Crawford ofrece  una figura de referencia: la del artesano. Matthew Crawford era titular de un  doctorado en filosofía. Después de haber comprobado la deriva del mundo académico, lo ha abandonado para abrir un taller de reparación de motos, en el cual  lleva una vida más satisfactoria en el plano intelectual y moral.
El sociólogo Richard Sennett,  persigue una reflexión histórica en el universo del trabajo. Los dos llegan al mismo resultado: la desvalorización del trabajo manual  en la escolaridad es concomitante al desarrollo de una economía del saber, caracterizada por un flujo de conocimiento cada vez más superficial y desencarnado.
Describen las condiciones necesarias al desarrollo de una actividad manual que genera a la vez calidad y satisfacción. Aceptar las exigencias del oficio implica rechazar las soluciones rápidas y fáciles y comprender la importancia de los errores y de la repetición. Para eso se necesita tiempo.

En el manifiesto para una ciencia lenta  (que se cita a continuación) se puede apreciar que los que  lo han redactado no son revolucionarios, sino, más bien,  científicos que están hartos de las presiones que se ejercen sobre ellos desde las empresas y las instituciones.


EL MANIFIESTO PARA UNA CIENCIA LENTA

Nosotros somos científicos. No blogueros. Tampoco twiteros. Nos tomamos nuestro tiempo.
No nos malinterprete, si decimos sí a la ciencia acelerada de principios del siglo 21. Estamos a favor del constante flujo de revisión por pares en las publicaciones de  revistas y sus efectos; decimos que sí a los blogs de ciencia y a las necesidades de los medios de comunicación y relaciones públicas, decimos sí a la creciente especialización y diversificación en todas las disciplinas.
También decimos que sí a la investigación sobre alimentación en el nuevo cuidado de la salud y la prosperidad futura. Todos nosotros estamos también en este juego.

Sin embargo, sostenemos que esto no puede ser todo. La ciencia necesita tiempo para pensar. La ciencia necesita tiempo para leer y  tiempo para equivocarse. La ciencia no siempre sabe lo que podría suceder en este momento. La ciencia se desarrolla inestable, con movimientos bruscos y saltos impredecibles hacia delante, al mismo tiempo y sin embargo,  se arrastra sobre una escala de tiempo muy lento, por lo que debe haber suficiente espacio y  justicia para lo que se debe hacer.

La sociedad debe dar a los científicos el tiempo necesario, pero lo más importante, los científicos deben tomarse su tiempo.

Necesitamos tiempo para pensar. Necesitamos tiempo para digerir. Necesitamos tiempo para entendernos más unos a otros, especialmente cuando hemos perdido el diálogo  entre las humanidades y las ciencias naturales. No podemos decir continuamente lo que significa nuestra ciencia, lo que será bueno, porque simplemente no lo sabemos todavía. La ciencia necesita tiempo.

(Manifiesto original: http://slow-science.org/)

 Saber Más en español.

En conclusión desde el punto de vista del decrecimiento, dejar entrar los intereses privados en las universidades es abandonar la posibilidad  de desarrollar una investigación  independiente, que no esté  al servicio de las empresas  y  solo preocupada por el interés económico a corto plazo.
Las investigaciones sobre los transgénicos, las nanotecnologías, la energía atómica, la química y la bioquímica, las medicinas, no pueden ser financiadas y controladas por las firmas .Las multinacionales  nos han demostrado el poco interés  que tienen para la salud de las personas. (Véanse los casos del amianto, del “mediator” que ha causado la muerte de miles de personas en Francia, del aspartamo… la lista  es interminable)
Mediator o Modulador.
Amianto
Aspartamo
Para terminar os recomiendo el artículo de John ZERZAN: unas reflexiones sobre decrecimiento, tecnología y militantismo que me gustan mucho.
Traducción y añadidos Antonio Corrección Cris

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